Antonio Álvarez ha sido relegado de sus funciones de segundo entrenador del Sevilla F.C, labor que llevaba desempeñando desde hace trece fructíferos años.El hecho en sí, aunque el propio interesado ha manifestado su sorpresa, era algo esperado. Todos sabíamos que desde la llegada de Jiménez, Álvarez no pintaba nada, pues de todos es sabido que Jiménez no tenía buena relación con él. La verdad es que ni con él, ni con casi nadie del club, exceptuando a los dos “jefes” de la entidad, Monchi y Del Nido, no sé si será casualidad.
Sus malas relaciones con jugadores, medicos y técnicos de la entidad es algo que me llegó hace tiempo por medios cercanos al club.
Los rumores apuntan que Jiménez es una persona muy egoísta y falsete, algo así como el Judas que nos dejó tirado, con la diferencia de que uno es sevillista y el otro no, y que uno es muy buen entrenador y el otro no.
La verdad que en más de una de sus declaraciones públicas se ha podido intuir.
A Álvarez le buscaran una función donde poder recolocarlo, pero dudo yo mucho que su orgullo le deje aceptar, aunque la posibilidad de una destitución de Jiménez, (no quiera Dios) y una pequeña posibilidad de entrenar a su Sevilla, le cree dudas y acepte la patada en el culo.
