Ganar ocho partidos de once disputados no es para quejarse, pero yo si le voy hacer. Aun sabiendo que muchos no estén de acuerdo conmigo, cosa que entiendo perfectamente.
Mi queja es que se puede y se debe de jugar mucho mejor. Y no por eso vamos a ganar menos partidos. La lógica dice que a mejor juego más posibilidades hay de ganar.
En el partido de Tenerife se volvió a ganar mostrando virtudes. Son las que ahora le están bastando para ganar y ganar. Concentración defensiva, Zokora haciendo kilómetros en medio campo, la velocidad de Jesús Navas y sobre todo la brutal pegada que tiene el equipo arriba.
Pero también se le volvieron a ver los mismos defectos del que tanto nos quejamos muchos de los sevillistas y que por el hecho de seguir ganando partido, (que evidentemente es lo que vale) no impide un cierto resquemor, que se hace un pequeño hueco ante la inmensa alegría que supone una victoria.
El Sevilla a pesar de la fantástica calidad de su plantilla no juega bien.
Solo presiona Zokora, no se juega al desmarque, ni se elabora el juego, y estamos hablando de un equipo que de medio campo hacia arriba tiene jugadores de la calidad de Navas, Renato, Negredo, Kanoute, Perotti o Luis Fabiano. Jugadores todos de primer nivel.
Sé que ese detalle se empequeñece cuando se está a tres puntos del líder y se ha ganado ocho de once partidos disputados, pero me gustaría que mi equipo hiciera el futbol que creo que puede hacer y no lo hace.
Pero eso no quita que todos los sevillistas estemos contentos, tantos a los que le gustan como a los que no.
Pero ese pequeño resquemor se podía evitar. Por pedir que no quede.
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