Por una parte Gregorio Manzano se ha despedido después de cumplir su contrato y no convencer a la dirección deportiva del Sevilla, ni a la dirección deportiva, ni a nadie.
Los números los interpretan cada uno como más le conviene, tanto los que piensan que son buenos como lo que creen que son malos. Todos tienen argumentos para defender su teoría. Algo así como la botella media llena o media vacía. Pero la sensación que ha dejado Manzano es que no ha cumplido con lo que se esperaba de él. Y si al comenzar la temporada casi todos pensábamos que era un buen entrenador, al finalizarla pocos tenemos dudas que se trata de un entrenador sobre valorado y que ha dado muestras más que suficientes para pensar que se trata de un mal entrenador de futbol.
En la rueda de prensa me ha parecido que (incluyendo los darditos) se ha defendido con argumentos sólidos, pero lo dicho, al igual que él tiene argumentos para defender su trabajo, el club los tiene para cambiar de entrenador y muchos, y es lo que ha hecho. Y yo me alegro.
Podríamos catalogarlo como que ha pasado por el club sin pena ni gloria. Algo muy diferente que la otra despedida del día, Dragutinovic.
El serbio se ganado la simpatía y el respeto de todo el Sevillismo.
Junto a Palop, Escude, Navas, Renato; Kanoute y Luis Fabiano son los únicos jugadores de los seis títulos. Todos ellos están escritos con letras de oro en la historia del Sevilla F.C.
Su profesionalidad y compromiso ha sido ejemplar.
En otro orden de cosas, nos llega la justa convocatoria para la selección de Negredo y la sorpresa que le acompaña Manu Del Moral. Habrá que agradecerle a Del Bosque que no lo llamara en la anterior convocatoria, pues nos hubiera costado algo más.
En cuanto a lo de Bielsa, viendo como está el patio mejor no opinar. Pero reconozco que no entiendo la expectación creada ante un entrenador que en el caso de que viniera, sería un novato en las grandes ligas.