29.3.10

Las casas no se empiezan nunca por los tejados

Cada jornada pensamos que el equipo ha tocado fondo, pero seguimos equivocándonos y cada semana lo hacen peor.
No me gustó la declaración de intenciones con las que se había presentado Antonio Álvarez en la rueda prensa. Cuando sabes que tienes a un equipo roto, sin confianza y plagada de bajas, y llevas solo dos entrenamientos, es una temeridad hablar abiertamente de fútbol de ataque como tu principal argumento para salir de una situación en la que no funciona nada, corriendo como el mismo vaticinó, los riesgos que ello conlleva.
No sé si Álvarez sabia que este equipo ahora mismo no está ni para riesgos, ni para alegrías. Está en la UVI y lo primero que hay que intentar recuperar son sus órganos vitales.
Álvarez cumplió su amenaza, utilizó en el centro del campo a dos medios centros ofensivos y arriba a dos delanteros centros. Entró en el partido con la idea del mismísimo séptimo de caballería.
A los cinco minutos ya te cogieron en una contra y te pones por detrás en el marcador, al cuarto de hora viene el segundo y a la media hora no te han metido unos cuantos de milagro.
Ese no era el camino Antonio.
Las casas no se empiezan nunca por los tejados.
Antes de preocuparte de atacar para convencernos que no eres “amarrategui” como Jiménez, hay muchas cosas en este equipo con más prioridad que hay que arreglar.
Antonio Álvarez no va a arreglar en tres días lo que han destrozado durante el año, pero no voy a obviar su parte de responsabilidad ante otra imagen patética y vergonzosa que ha vuelto a dar el Sevilla F.C.