
Evidentemente el revés es muchísimo más importante para el propio jugador, que con toda su carrera por delante, solo tiene 23 años, tendrá que dejar su profesión y tendrá motivos para una preocupación permanente de por vida, pues un problema cardiaco no es un quiste en la espalda.
La pregunta que nos hacemos todos, es que... ¿cómo no se le ha detectado en los exhaustivo reconocimientos médicos que se les practican a los jugadores antes de incorporarlos a la plantilla? Y mas después de lo sucedido con Antonio Puerta.
Mal acabamos el 2009 y peor hemos comenzado el 2010. Algo tendría que decir los servicios médicos del club.