Con la aclaración de parte de Gregorio Manzano refiriéndose a los motivos del cambio de Sergio Sánchez en Oporto, está claro que al periodista de la cope Víctor Fernández que acusó públicamente al jugador de no querer jugar, se ha quedado con el culo fuera y no es la primera vez que le ocurre al hombre de la trompeta y la peluca. Teniendo en cuenta la gravedad del asunto (Se pone en entredicho la profesionalidad de un trabajador) no estaría de más lo que apuntan desde diferentes blogs (Sentimiento sevillista, Alvarado etc.) de interponer una querella contra el difamador “si se demuestra como estoy seguro de ello, que es mentira”.
Dicho esto tampoco ha sido el único que ha mentido, recuerdo las palabras de nuestro entrenador al analizar el cambio.
A Sergio no le veía bien, no estaba haciendo un buen partido y por eso decidí cambiarlo. Yo lo que he valorado es la velocidad. En inferioridad numérica contra ellos teníamos que tener hombres veloces para correr hacia atrás en sus contragolpes.
Lo dicho, que cada uno piense lo que crea conveniente, pero mentiras hay más de una. Aunque de diferente trascendencia.