Lo que pudo ser una fiesta, acabó en una gran decepción.
Lo que iba a ser un colchón de trece puntos y la Champions asegurada, con el gol de Mata en Gijón y el de Gavilán en los minutos finales, se han quedado en ocho, y ojo, el próximo partido nos podemos quedar solo a cinco, pues jugamos con el cuarto en su feudo. Y eso faltando todavía siete jornadas, veintiún puntos.
Pudo ser, pero no fue.
Eso quiere decir que de champions asegurada, nada de nada.
Ya me extrañaba a mí, que mi equipo me diera un final de temporada tranquilo, aunque lo tuviéramos todo a huevo.
Si en un una sola jornada pueden pasar tantas cosas, vaya lo que puede pasar todavía en siete.
Espero que aunque sufriendo, consigamos la tercera plaza, pues teniéndola tan al alcance, sería una hecatombe no conseguirla. Ahora la cuarta no me vale.
En cuanto al partido me da que es el mismo que he visto muchas veces esta temporada, aunque en la mayoría de las veces, el gol lo habíamos marcado nosotros.
Nada mas disputarse los primeros minutos, ya se intuía que la cosa no iba a funcionar.
En el centro del campo se pudo comprobar una vez más, el error de planificación que tuvo la dirección deportiva al no sustituir adecuadamente a los dos medios defensivos que teníamos.
Es significativo como la baja de uno de los jugadores más cortitos del equipo (Duscher) creó un caos en la zona ancha que nadie sabía dónde ubicarse, ni cuál era su cometido en el campo. Como ya Jiménez se ha dado cuenta que Fazio no es centrocampista que le sirva para tareas defensivas, no tenía a nadie para ese cometido y utilizó a Maresca, lo que provocó que ni el italiano, ni Renato, ni Romaric, se aclaraban que tenían que hacer en el terreno de juego.
El resultado del desconcierto fue utilizar el pelotazo largo a ver si Kanoute o Luis Fabiano salvan otro partido, y practicar un juego lento y muy fácil de defender para el rival.
Con el cambio de Maresca, Renato estuvo mejor situado en el campo y Romaric dejo de cambiar posiciones y el equipo mejoró y fue cuando tuvo sus mejores ocasiones, pero esta vez no salió cara, salió cruz, y el colchón que pudo ser de Lo Mónaco, se quedó en uno de espuma como los que se llevaba mi padre al Rocío. Veremos a ver si dentro de poco no tenemos un cojín.
BIEN. Desierto.
APROBADOS. Adriano, Squillaci (estaba haciendo un buen partido pero se complicó en la jugada del gol del Getafe), F. Navarro, Renato, Perotti, Capel, Kanoute y Luis Fabiano.
Mal. Dragutinovic, Maresca, Navas y la afición del Sevilla que se llevó toda la segunda parte silbando e insultando a sus propios jugadores, los mismos que nos mantienen en la tercera posición (Exceptuando a los Biris que como siempre se dejan la garganta animando a los suyos)