13.2.08

YA NO TENGO DUDAS

Alguien me dijo un día que no me había mojado nada en un tema que fue actualidad en todo el país, se refería a las supuestas barbaridades que había dicho Ziganda a los sevillistas deseándonos la muerte. Hoy me voy a pronunciar, yo era de los incrédulos que dudaba de la credibilidad de esa barbaridad, en mi cabeza no entraba que alguien por muy caliente que estuviera pudiera desear tal cosa, esperaba que el tal Ziganda después de la acusación del periódico Diario de Sevilla y del colaborador del Sevilla Jesús Alvarado, formulara la lógica e inminente denuncia, y que la justicia desenmascara al culpable de esta increíble historia, hoy casi 20 días después para mi ya se ha desenmascarado al culpable... ZIGANDA, nadie en el mundo si le acusan de esta barbaridad siendo falsas, se queda con simples amenazas para justificarse. Si eso me lo hacen a mi, a ti, o a cualquier persona honesta de este mundo, el señor Alvarado no tiene hoy un blog llamado jesusalvarado.com, por que estaría cerrado y con bastante menos dinero en su cuenta corriente, y con menos credibilidad que Judas Ramos, y por supuesto el periódico que también publicó la noticia me paga las vacaciones de los próximos 20 años y rectifica por mi honor en portada, pero nada de eso a ocurrido, ¿y por que no a ocurrido? Porque no ha habido denuncia, ¿y por que no ha habido denuncia? pues por que es verdad, si hay denuncia, hay juicios, si hay juicios, hay testigos, y si hay testigos y te dejan con el culo fuera ¿dónde se mete Ziganda?, solución, dejar pasar el tiempo para que esto se olvide. Pues no Ziganda, yo y miles de sevillistas no olvidamos que has manchado la memoria de Antonio Puerta, y has deseado al sevillismo la muerte. A mi lo que me gustaría, es que lo mismo que yo ahora no tengo dudas de su mala sangre, toda España supiera sin reservas lo que ha hecho este impresentable. Su comportamiento es más acorde a pertenecer a algún partido político que tiene su sede muy cerca del lugar donde mal nació que de un entrenador de futbol.
Ojalá no tenga que verle más su asquerosa cara por nuestra casa, el Ramón Sánchez Pizcuan.