9.1.11

MARCAR TRES, PARA NO PERDER

Navas, Perotti, Kanoute y Luis Fabiano forman un cuarteto de jugadores de primerísimo nivel, que si el resto fuera al menos un equipo equilibrado y defensivamente seguro, prácticamente te garantizaba la cuarta plaza en la liga española.
Pero el Sevilla no es, ni un equipo equilibrado, ni mucho menos tiene una defensa segura.

Sera muy difícil, por muy buenos jugadores que se tenga arriba, conseguir el objetivo si no se consigue solucionar un sistema defensivo que hace aguas por todos lados.
Y cuando digo sistema defensivo no solo me refiero a la defensa, sino a todo el equipo.
Es primordial que no se tenga que marcar tres goles para ganar un partido.
Sobre todo porque es mucho más difícil marcar que encajar goles, aunque en realidad valgan lo mismo.

En el partido de hoy se ha podido ver a dos Sevilla muy distintos.
Uno cuando tiene la posesión del balón y el otro cuando tiene que recuperarlo.
El primero, por momento incluso estuvo brillante, solo hay que ver la jugada del tercer gol. Fútbol elaborado, con calidad, vistosidad y resolutivo.
Pero el Sevilla cuando tiene que recuperar el balón sencillamente estuvo desastroso. Mucha culpa la tuvo la nula aportación defensiva de Renato y más aun de Romaric. A ello hay que sumarle la incapacidad demostrada ya con creces de F. Navarro y Alexis.
Para colmo los dos defensas más fiables son los que fallaron en los goles de la Real, Cáceres en el primero (era él y no Navas quien debió ir por el balón) y Escude en el segundo (totalmente descolocado al igual que Palop).

En esta ocasión pudo más la efectividad arriba que los fallos defensivos, pero está claro que el Sevilla tiene un grave problema que si no lo resuelve al menos en parte, será difícil cumplir objetivos.

No quiero omitir en mi opinión del partido el descontento con el entrenador con lo que yo considero que vuelve a ser reincidente.
La tardanza en reaccionar ante lo que pide el partido en momentos cruciales.
La Real después de encajar el tercer gol lógicamente apretó y el Sevilla tenía en el campo a Kanoute, Luis Fabiano, Negredo y un cansado Romaric. El equipo pedía a voces reforzar el centro del campo y pasaban los minutos sin que Manzano (otra vez más) reaccionara.
La prueba del error estuvo que cuando lo reforzó a 10 minutos del final prácticamente se acabo el peligro.
Ahora vienen dos partidos seguidos en casa, que si se gana se habrá recuperado mucho de lo que habíamos perdidos.