El pase a los dieciseisavos de la Europa ligue se ha complicado. Ya me lo temía. Bueno, supongo que casi todo el mundo se lo temía. Ahora la clasificación nos la tendremos que jugar con uno de los equipos actualmente más potentes de Europa, el Borussia.
Pero si digo la verdad. Es lo que menos me preocupa. Lo que verdaderamente es preocupante es la situación actual de mi equipo.
En la actualidad según mi opinión el Sevilla está pasando sus peores momentos deportivos desde la llegada a la presidencia de Del Nido.
Parece que la situación empeora cada jornada que pasa, cada partido que se juega.
La verdad es que yo no sé las causas del porque este equipo se ha caído totalmente. Y menos de cómo recuperarlo. Pero el problema es que parece que Gregorio Manzano tampoco lo sabe.
El partido.
Salió el Sevilla intentando dominar el juego, de hecho lo hacía. Para ello Manzano harto de no dar con la tecla con los centrocampistas, decidió alinear a casi todos los centrocampistas disponibles, y parecía que no le iba mal. Además, los parisinos nos tenían un excesivo respeto, lo cual nos beneficiaba.
Pero las continúas pérdidas de balón de Capel en el centro del campo metió al PSG en el partido y la alarmante fragilidad defensiva hizo el resto para que a los veinte minutos ya perdiéramos por dos goles a cero en dos jugadas a balón parado muy mal defendidas.
El panorama era negrísimo, pero el Sevilla logro empatar gracias al gran Kanoute al rematar a gol dos centros de Capel y Perotti. Lo difícil ya estaba hecho, pero algo pasa en este equipo, y tras empatar, el equipo volvió a deambular por el campo como un alma en pena. No pudo aguantar ni los diez minutos que quedaban para el descanso y lógicamente llego el tercero y luego el cuarto.
La pesadilla sigue y no sabemos cuando toca despertar. Si es que despertamos.