Parecía un drama, pero al final no es para tanto. El futbol tiene poca memoria y un partido perdido lo arregla otro ganado.
En esta “dicen” que jornada nefasta, los rivales del Sevilla no han ganado ni uno solo. Ni Villarreal, ni Getafe, ni Atlético, ni Español ni Valencia.
El Sevilla ha visitado el Camp Nou, y en cambio no ha perdido más de un punto con sus rivales directos. Ante la decepción lo mejor es buscar un motivo para combatirla.
Y este no es malo.
Lo peor ya ha pasado.
Sabemos que hemos vuelto hacer el ridículo en Barcelona, que tenían que haberse venido en un autobús de línea, etc etc.
Todo es cierto. Pero me niego a pensar que este es mi Sevilla.
Es más, estoy seguro que no lo es.
No hace mucho pasamos un muy mal trago con la eliminación de la Champions y dicen los entendidos que esa eliminación nos hizo mucho daño. Que perdimos mucha estima y confianza y que el equipo estaba muerto, según palabras del mismísimo Del Nido.
Pues de esta derrota ya se ha hablado bastante. Lo que nos conviene es que esta goleada que tanto nos ha dolido a partir de ahora sea una estadística negativa.
Ahora hay que pensar que con Navas y Palop mejorará sustancialmente el equipo. Y que nuestro objetivo a esta altura de la temporada, cuando todavía queda un mundo, está solo a tres puntos y que precisamente quien ocupa esa plaza es el próximo rival que nos visitará en el Ramón Sánchez Pizjuan. El Valencia.
Valdano dijo que el futbol es un estado de ánimo.
Y el actual, por el bien del Sevilla hay que cambiarlo, por si acaso Valdano tuviera razón.
