Por fin se ha podido ver un partido tranquilo, malo, pero tranquilo.
Hoy hemos ganado prácticamente sin esfuerzo y sin temer nunca por el resultado.
Pronto se puso de cara el partido. Kanoute en un buen centro de Drago y con error (creo) del portero, consigue poner en el marcador el uno a cero.
Con pocos minutos jugados ya se intuía que el partido podía ser una balsa de aceite. El Sporting no se acercaba al área de Palop y era superado por el Sevilla que con muy poco dominaba sin problema el partido. Partido que prácticamente se acabó a la media hora, ya que a la poca resistencia que ya daban los asturianos y con el resultado a favor, se unió la expulsión del delantero Balic.
Solo había que cerrar el partido con un segundo tanto para evitar sorpresa y a pocos minutos de la reanudación, apareció la conexión Adriano-Luis Fabiano, para finiquitarlo completamente con la mejor jugada del encuentro.
De aquí al final, comer pipas tranquilamente, alegrarse del tercer gol consecutivo de Cala y desear que no hubiera ningún lesionado, algo difícil teniendo en cuenta que los dos equipos se empleaban lo mínimo exigible en un partido oficial.
Dos cuestiones individuales.
Cala sigue mostrándonos sus cualidades que le llevaran a ser un jugador de futuro en el Sevilla. Ya por lo pronto Stankevicius podía preparar las maletas a Italia, dándole las gracias por los servicios prestados.
Y a ver si Álvarez de una vez por todas se da cuenta que desde la lesión de Perotti quien debe jugar de interior izquierdo es Adriano, que si no lo vuelven loco con tantos cambios, no desmerece al argentino. Que ya hay que ser bueno para eso.