Se fue el temido mes de enero, y gracias a la clasificación para semifinales de copas y a las dos victorias consecutivas en liga, hemos podido salir más vivos de lo que nos temíamos hace quince días.Hoy estábamos ante un partido clave.
Era el partido para recuperar lo perdido.
Primero para colocarnos en la pomada para la clasificación de Champions. También para recuperar nuestro estatus en la liga española y recuperar la confianza en nuestras posibilidades.
Todo se ha logrado esta noche.
El equipo ha estado a su altura.
Con la sola presencia de Zokora y Kanoute, aun estando los dos por debajo del nivel que habitualmente demuestran, el equipo es distinto. Como si sus propios compañeros se sintieran más seguros y con más confianza en lo que hacen.
El Sevilla fue el de los primeros partidos de liga. Con un ritmo alto, con juego vertical, aunque como casi siempre mas por arriba que a ras de césped, pero teniendo arriba a kanoute y Negredo está demostrado que a falta de juego elaborado, esa formula también funciona. Funcionó bien porque el Valencia que apenas había perdido un partido fuera de casa, al menos durante la primera parte no inquieto lo más mínimo.
Quien dominaba el partido era el Sevilla. Sin brillantez pero explotando perfectamente las armas preferidas de Jiménez.
Nos pusimos por delante en otra acción a balón parado, desde que Perotti se encarga de poner la pelota, hemos encontrado una vía que estamos aprovechando muy bien.
Las bandas también aportaban lo suyo, sobre todo Navas, ya que Perotti tuvo que desdoblarse muchas veces para tapar a Miguel que estaba dando muchos problemas con sus constantes subidas.
El partido era intenso, se notaba lo que se estaban jugando los dos equipos.
Incluso el portero Cesar perdió los papeles y estuvo quince minutos enfrentado a la grada, con gestos claros de provocación que eran contestados con insultos de la grada. Debió de ser amonestado por el árbitro que se hizo el sueco.
Se llego al descanso con una merecida ventaja en el marcador.
La segunda parte empezó como acabó la primera, el Valencia con muchos problemas para verle la cara a Palop y el Sevilla cómodo esperando acciones individuales de Navas o de Perotti o que surgiera la pegada de sus delanteros. Y aparecieron para dibujar una de las jugadas más bonitas que se pueden ver en un terreno de juego. Navas roba un balón, combina con Renato que se la pone por delante otra vez a Navas, que rompe en velocidad por el centro, cuando encara al defensa se inventa un pase de tacón precioso para que Negredo saque esa calidad que lleva dentro para ejecutar una vaselina preciosa. Solo ese gol vale un tercio del carnet.
En el último tercio nos fuimos del partido. O bien porque el Valencia se fuera arriba, o bien porque nos pudo el cansancio. O porque cogimos una de esas pájaras que habitualmente tenemos en cada partido. Pero lo único cierto es que durante los últimos quince minutos estuvimos a merced del Valencia, que por una vez el poste y otras Palop pudimos solventar la situación. (Por cierto Palop se pudo cargar el partido en una acción con Villa que le pudo costar la expulsión y al equipo el partido, ya que el árbitro pudo pitar penalti). Pero al final solo aprovecharon una, y muy al final, que nos elimina la posibilidad de llevarnos el gol averaje, pero nos dejan lo primordial, los tres puntos.
En el plano individual, Escude fue el mejor, Negredo el más determinante, Navas el de siempre y Stankevicius estuvo a muy buen nivel. En cambio a kanoute y Adriano se le vieron fuera de forma.
