5.3.08

SEVILLA - FENERBAHÇE

Lo siento, pero ayer me faltó espíritu para ponerme delante de el ordenador y comentar algo del partido, futbolísticamente ha sido uno de los palos más gordo en mis 43 años de sevillista, porque ayer se perdió algo más que un partido, se perdió la posibilidad de saber que se siente cuando tu equipo consigue verdaderamente colocarse entre los ocho mejores club del mundo y disputarles el trono a los poderosos, posibilidad que no sé si alguna vez volveremos a tener a nuestro alcance, se perdió por el juego realizado prestigio y sobre todo la buena imagen de un equipo que estaba encumbrado y elogiado por toda Europa. A mi desde luego me encantaba los elogios del mundo del futbol hacia mi equipo, supongo que era porque nunca los había escuchado antes. Y es que la imagen que dio el Sevilla ayer fue de pena, fue tan lamentable que a pesar de que el portero nos regalara dos goles en cinco minutos, que tuviéramos al arbitro como a un amigo y que el rival fuera de tercer nivel en Europa, a pesar de eso veía muy complicada la eliminatoria, y al conseguir ellos el dos a uno, la vi totalmente perdida (hay testigos), pues era consciente del lamentable nivel que estábamos dando, con una defensa que raya lo esperpéntico, los laterales unos coladeros, sobre todo el de Alves, Drago, arrastrándose por el campo sin dar una a derecha, Escudé no sabia ni donde colocarse, en las bandas solo Capel mantenía su nivel hasta que le faltaron las fuerzas, que suele ser pronto, Navas parecía un juvenil de los malos, Poulsen nefasto, habría que analizar a fondo los pros y los contra que supone tener al danés como un fijo esté como esté, sobre todo desde la llegada de Keita que sigue demostrando tener muchas más virtudes que el danés, y que priva al equipo de tener un centrocampista más creativo, que de echo los tiene y muy buenos, arriba Kanoute jugaba andando y Luis Fabiano participaba poco, pero al menos cuando lo hacia, lo hacia con sentido. En definitiva, no había ritmo de juego, ni fluidez, ni velocidad, ni se presionaba, ni juego por banda y por supuesto no había consistencia defensiva, todo lo estábamos haciendo mal, Y a todo esto en la banda un buen banquillo y un entrenador que parecía gustarle lo que estaba viendo, pues le cuesta un mundo sacar a un jugador del campo, pues le da pánico la reacción de los pesos pesados, por muy mal que lo hagan. Ayer se volvió a comprobar, lo que casi todo el mundo pensamos, que a Jiménez le viene grande esta plaza, porque le falta personalidad y le sobran palabras.
Se que es una opinión muy negativa de lo sucedido ayer, pero es lo que vi, y aquí escribo lo que veo, no lo que quiero ver.