No dudo que el equipo después de siete victorias seguidas y la última dando una muy buenas imagen me tenga muy ilusionado, como supongo que a todos los sevillistas.
Llevamos unos días que solo escuchamos grandezas del equipo, y no niego que no me gusten los elogios, mas bien no me canso de escucharlo, pero reconozco que los que verdaderamente me gustan son los que provienen desde fuera.
Nunca me han gustado los elogios propios, dan un síntoma certero de prepotencia que solo consigue rechazo del que lo escucha.
Creo que en estos momentos de auge hay que estar con los pies en el suelo y no pecar de aires de grandeza. Todos sabemos que el futbol puede dar muchas vueltas y a veces en muy poco tiempo. Si ya no me parecieron acertadas las últimas palabras de Del Nido declarando que tenemos mejor plantilla que el actual mejor equipo del mundo, las de hoy de Sergio Sánchez, tampoco me han parecido acertadas al predecir que si el Sevilla está a su nivel el Depor no tiene nada que hacer, me parecen declaraciones incluso irrespetuosas con el contrario. Algo que nunca se debe perder.
Me parecen más coherentes las de los demás integrantes de la plantilla y del propio Jiménez advirtiendo que todavía no hemos conseguido nada.