En el futbol actual, desde hace tiempo abunda el anti-futbol, debido a los buenos resultados que muchas veces se consiguen empleando tácticas destructivas, que casi todo el mundo se queja, pero casi todo el mundo práctica.
En el día de ayer y no es la primera vez, Un equipo español, mi Sevilla, se dedicó a darle un regalo a todos los buenos aficionados ofreciendo un fútbol de muchos quilates. Pases en corto, en largo, rapidez, golazos, pases de pecho, todo un muestrario de lo bonito que puede llegar a ser este apasionante deporte. Y todo ello ante el subcampeón de la liga española.
Eso ocurrió hasta que el Villarreal ante el temor de recibir una humillante derrota, se propusieron parar el partido a base de ofrecer una lamentable imagen, provocando tanganas y dando patadas a todo lo que veían vestido de rojo.
Pues muy bien en vez de valorar y agradecer el fútbol que muy poquitos equipos le dan la posibilidad de ver. Hoy, periodistas, comentarios en foros, aficionados de bares y celebros planos, solo se refieren a lo ocurrido ayer como bochornoso espectáculos, marrulleros etc. Todos ellos incluyendo al Sevilla con la misma culpabilidad que el que agredió al fútbol, que no fue otro que el Villarreal.
A parte de jilipollas son unos desagradecidos.
