Hoy al ver esta fotografía en el blog de Latidos de Nervión, tengo que decir que me he alegrado dóblemente. Primero porque significaba que los juveniles del Sevilla F.C de la división de honor había quedado campeón de su grupo. Y luego porque el entrenador que volaba por los aires manteado por sus jugadores es Francisco López Alfaro, uno de mis ídolos en etapas pasadas.
Y me alegré porque desde que hace unos años que era entrenador de primera división, debido a los malos resultados, cada año ha ido dando pasos hacia atrás en su carrera.
Dice según sus palabras que nunca fue fiel a su filosofía, que buscaba los resultados siendo práctico y poco arriesgado, y no tuvo los resultados apetecidos. Ahora su apuesta es por el futbol elaborado y de momento después de tantos fracasos por fin se ha visto recompensado con un éxito. Espero que le permita coger confianza y quién sabe si todavía no es tarde para relanzar su carrera en los grandes banquillos.