Quedan escasamente tres días para que dé comienzo la liga.
Y como cada año, se renueva la ilusión con la esperanza de que
mi equipo me dé las máximas alegría posibles y realice una buena temporada.
A partir de ahora comienzan los nervios, las críticas, los
debates, las alegrías y los disgustos.
Volveré a discutir con mis amigos y volveremos a abrazarnos con
cada gol que marque nuestro Sevilla, como llevamos haciendo desde que éramos
unos adolescentes.
También llegaran esos días en que perdamos y los míos tendrán
que soportar mi mal humor.
Son ya muchos años con la misma historia, pero ni la edad,
ni los problemas que se te presentan con el paso de los años, han podido cambiar mi cita cada temporada con mi equipo.
Porque mi abono nunca ha dependido de los
fichajes, ni de la venta de jugadores, ni de quien sea el entrenador o el presidente. Ni siquiera en la categoría en que juguemos.
Si acaso de poder reunir el dinero para pagarlo. Que en
estos tiempos no es nada fácil.
Yo ya estoy preparado.