8.8.12

DONDE ESTÁ LA PARTE POSITIVA

La operación de Luis Alberto al Barça ha generado mucho debate entre los sevillistas.
O quizás no tanto, porque para haber debate hace falta diversidad de opiniones y en este caso me parece a mí que las opiniones van todas en la misma dirección.
Está claro que esta venta encubierta por una cesión, con los números conocidos,  es una operación cuando menos muy dudosa para los intereses del Sevilla.
Creo que hasta el mismo club lo sabe y deja caer que ha estado obligado a hacerlo.
Y yo me pregunto, por qué.
 El mismo derecho tiene el jugador a negarse ir cedido a los equipos interesados (Córdoba, Hércules, Las Palmas, etc.) que el Sevilla acceder a los intereses del jugador.
El jugador tiene contrato en vigor y en unas condiciones que nada tiene que ver con otros casos de jugadores, que si estaba el club obligado a buscarle una cesión como fuese por su altísima ficha. Casos como el de Chevantón, Romaric, Koné o Acosta.
Pero esta situación es muy diferente.
El Sevilla perfectamente se podía permitir darle a elegir a Luis Alberto por una cesión sin opción de compra (que es la que le interesaba al club) o quedarse en el primer equipo a riesgo de jugar poco.
Al tener el jugador un contrato bajo (el primero como profesional). El mango de la sartén lo tenía el Sevilla, y sorprende que al final sea el que se ha quemado.
Porque en esta operación los grandes beneficiados son claramente el jugador y el Barcelona.