Cuando se gana no me cabe otra sensación que la de alegría. Alegría
y de las grandes.
Pero por lo visto en el debut del equipo, no cabe duda que futbolísticamente
estamos obligados a mejorar si no queremos aspirar a los 43 puntos.
Para ello es fundamental que jugadores como Rakitic, Trochowsky,
Reyes, Spahic o Negredo ofrezcan el nivel esperado de ellos. Y no el mostrado la temporada pasada.
De momento a excepción del croata al que si se la ha visto un
cambio sustancial en su juego, los demás
de momento no tienen pinta de haber cambiado.
Por ejemplo Trochowsky sigue sin encontrar su rol en el
equipo. No se sabe si es defensivo, ofensivo, goleador o pasador. Si es bueno o
es malo. Solo está en el campo, y no sabemos para qué.
De Spahic y Negredo sabemos que son buenos, pero practican un
pasotismo que desesperan al más pintado, y en el caso del bosnio también nos
cuestan goles.
Lo de Reyes es más grave. Por las condiciones del jugador y
ser una fuerte apuesta del presidente, Michel se empeña en regalarle la
camiseta que no la merece. Además no en su mejor posición.
Hoy por ejemplo los cambios estaban cantados, de hecho cuando
se realizaron el equipo mejoró bastante y permitió que a pesar de lo apretado en
el marcador, el equipo no pasara apuros en el último cuarto de hora. Debieron
de hacerse mucho antes.
Mención especial para Rakitic, que ha jugado un partidazo hinchándose
de correr y de jugar. Por cierto, en lo de hincharse de correr posiblemente
Michel tenga algo que ver, pues ha colocando a Medel más retrasado y a Navas y
Reyes pisando la cal de las líneas laterales, con lo cual lo ha dejado solito
en la medular con el “perdió Trochowsky”.
Algo que si tiene buena pinta es la conexión de
Cicinho/Navas, que la verdad tiene ilusionado al sevillismo.
EL PEOR EL MEJOR
Eso sí, sin duda lo más triste del día, la división del
sevillismo que ha provocado la guerra abierta de Los Biris y Del Nido. Pero eso
es otro tema. Preocupante, pero otro tema.