Partido cómodo (como a mí me gusta) es lo que ha tenido el Sevilla hoy.
Cómodo, pero sin ningún alarde de poderío futbolístico, ni falta que le hizo.
Han aparecido como casi siempre virtudes detrás y delante. Y como siempre, carencia de ideas para elaborar futbol en medio.
Sigo sin entender el poco protagonismo que tiene Campaña en el equipo, cuando parece que es el centrocampista que mejor domina esa parcela.
La victoria del equipo se fraguó en la pegada del equipo en la primera mitad y en el nivel tan pésimo del rival.
Quizás la remontada al final del Villarreal, acabaron por hundir a los aragoneses y salieron al campo ya derrotados. Aunque eso sí, patadas si dieron.
En la segunda parte faltó la pegada arriba y hambre. Por ello se dejó escapar la goleada de la liga en el Sánchez Pizjuán.
Bastaron el orden defensivo, las arrancadas y asistencias de Navas y la calidad de Negredo para finiquitar el partido en la primera parte.
Lo peor, la absurda tarjeta de Navas, que va a dejar al equipo en Getafe sin el jugador más importante del equipo, que sumado a las bajas ya sabida, va a reducir las opciones de victoria.