El partido de ayer ha traído consigo regalos, sorpresas,
temores y la misma sensación de anteriores partidos de que el equipo está bastante perdido.
Si empezamos por lo último es contar lo mismo de cada
semana. El entrenador esta hecho un lio y no sabe lo que quiere hacer con él.
No sabe si jugar con dos delanteros, con uno, con un equipo
defensivo, o si lo que quiere es ser ofensivo.
Lo mismo va al Bernabeu
y le pone al Madrid tres defensa que un mes más tarde le pone ocho al Rayo.
En esa estamos y en esa seguimos. Solo queda esperar que de una vez encuentre el equilibrio y una idea coherente de plantear los partidos, porque a pesar de las dudas del técnico, todavía no hay nada perdido.
Aunque hasta ahora Emery es un auténtico desastre que devalúa a los
jugadores jornada tras jornadas tras múltiples cambios de sistemas y de posicionamientos.
La buena noticia es que estamos clasificados para octavos de
final de la UEFA, no sé si para muchos sevillistas es algo normal y carente de
importancia, pero para mí que llevo siguiendo al equipo todos los días desde
hace cuarenta y cinco años es motivo de una gran alegría. No en vano es la
sexta vez en la historia del club que se consigue.
En cuanto a la sorpresa y a los temores está claro por donde
vienen.
Al rival que nos toca enfrentarnos para pasar a cuartos.
Aquí hay mucha tela que cortar y habrá opiniones para todos
los gusto. Todas ellas respetables y llenas de razón. Pero estoy seguro que también
hay opiniones donde no se dice lo que realmente se piensa.
No es mi caso. No me importa decir que a pesar de la situación
deportiva del rival, existe temor y no me ha gustado nada tenerme que enfrentar
al Betis.
La verdad es que nunca me ha gustado enfrentarme al Betis. Y
eso que los números son insultantemente a favor de mi equipo.
Pero aun así, no quería esta eliminatoria. Y lo digo
sabiendo perfectamente la situación y lo que nos jugamos, que no voy a
extenderme en explicaciones, pero que tengo
claro que son algo más que llegar a unos cuartos de final de la UEFA. Sobre todo en el caso del Sevilla que se ha ganado
a pulso su supremacía incuestionable en el futbol sevillano.