Siempre he sido un aficionado al futbol empedernido. He visto
cientos de partidos, miles diría yo, porque si uno disfruta con algo, reincide en verlo.
Hoy en día no lo soy. He dejado de serlo. Llevo recibiendo empujones
desde hace tiempo para que ello sucediera, hasta que el sábado la poca ilusión que
me quedaba por este deporte acabaron tirándola al pozo. Seguramente para que jamás
vuelva a salir a la luz.
Todos sabemos quienes dan los empujones, lo han dado
siempre, pero con la intensidad que lo dan últimamente no he podido mantenerla.
El futbol está podrido. La liga de futbol profesional, la federación,
el comité de árbitro, el comité de competición, el de apelación, los derechos
de televisión, gran parte de la prensa.
Todo está rodeados de sinvergüenzas que solo miran para dos
sitios. R. Madrid y Barcelona.
Cierto es, que como he disco antes siempre ha sido así, pero
ya han pasado la raya de mi paciencia, será la edad.
Con lo que a partir de ahora, seguiré con la misma ilusión por
mi Sevilla que he tenido siempre, que eso no me la quita nadie. Seguiré
sufriendo con él, disfrutando de él y formando parte de él.
Lo demás, que se vayan todos
a la mierda.