Tan extraordinario que solo con su aportación mejoró el equipo en un porcentaje altísimo. Prácticamente le dio la vuelta al equipo como un calcetín.
Evidentemente me refiero a Rakitic.
Para esta temporada como era lógico todos los sevillistas teníamos puestas muchas esperanzas en el croata, que había demostrado en los 6 meses de competición que estábamos seguramente ante el mejor jugador de la plantilla (al menos a mí me lo parecía)
Pero de momento mi gozo en un pozo.
Se perfectamente que se rompió un dedo antes de acabar la temporada pasada.
Pero eso no es motivo, para que a estas alturas de la temporada, el que se suponía que iba a ser el principal baluarte del juego del equipo, se arrastre por los campos dando la imagen de un jugador que más bien está para partidos de solteros contra casados.
Solo se me pasa por cabeza palabras como irresponsable y poco profesional.
La realidad viene reflejada en estas dos imágenes que corresponde al Rakitic de la temporada pasada y el del partido de ayer. La disminución de su rendimiento es directamente proporcionar al aumento de su peso.
Y el chileno (éste sin dedo roto de por medio) es otro que tres cuartos de lo mismo.