Con la victoria de hoy, todo lo que venga a partir de ahora será
un plus para solventar una buena temporada.
Eso sí, el futbol no es para conformista, la ambición es parte
fundamental de este deporte. Y estamos ante el reto que supone clasificarse
para champions y jugar una semifinal de Europa Ligue. Ambas bastante
complicadas, pero que en principio no estaban entre las aspiraciones del club
para esta temporada.
El partido se ha decantado a favor del Sevilla debido a la
calidad de sus futbolistas. No fue bueno futbolísticamente, con un ritmo
pausado y sin intensidad. M’Bia nos puso por delante y más tarde el árbitro nos perdonó una jugada que nos pudo complicar el partido,
pero por una vez nos benefició la duda. Pasaban los minutos donde el dominio
era del Sevilla, exponiendo poco y esperando la pegada de arriba, como sucedió cuando Gameiro resolvió un buen centro de Vitolo. Con dos cero todo hacía presagiar que
el partido podía ser un paseo.
Pero en el futbol como diría Araujo, no se puede elevar nada
a definitivo. Y en la primera jugada de la segunda parte, un fallo de Figueira
compromete a Fazio que comete un absurdo penalti. El gol del Espanyol cambia la
fisonomía del partido, pasando de ser un paseo a poner en riesgo la victoria. Hasta
que a falta de siete minutos una triangulación de Gameiro y Marin acabó con la
incertidumbre del marcador. Por cierto un gol donde aparece la calidad de los
jugadores, al igual que hizo Rakitic para redondear el resultado.
Por líneas, la defensa
no tuvo grandes complicaciones, mejor los centrales que los laterales. Aunque Fazio
debió de evitar el penalti.
En el centro del campo, mejoró algo Vitolo sus últimas
actuaciones y M’bia como viene siendo habitual se hizo dueño de su parcela pero sin
dejar de aparecer sus habituales acciones de riesgos.
Y en la delantera el protagonismo se lo llevó Gameiro con
dos golazos.