Ni al hecho de estar a cuatro puntos del descenso con un presupuesto de 100 millones.
Eso, puede ocurrir en el mundo del fútbol.
Pero lo hecho por Marcelino durante el descanso del partido de hoy, no es una simple decisión que te sale mal y pierde el partido.
Es una decisión que tienes el 100% de posibilidades que te salga mal y que pierdas el partido.
Y eso es algo que me niego a creer que Marcelino no lo supiese.
Marcelino es un entrenador de futbol que ejerce su profesión habitualmente en la primera división española, y para llegar ahí es imposible que sea tan malo como ha demostrado hoy.
Después de lo visto hoy en la segunda parte, aquí solo hay dos vertientes.
O es el entrenador con menos idea de futbol, del planeta tierra.
O ha hecho todo lo que está en su mano para perder el partido.
Que por cierto, después de escuchar su rueda de prensa me inclino más por la segunda opción.
Pónganse por un momento en el vestuario sevillista durante el descanso.
Y nos encontramos que el equipo no está haciendo un buen partido, ni tampoco muy malo. Y el resultado es empate.
Aquí aparece la famosa falta de previsión en la plantilla en esa posición.
Pero eso hoy no tenía remedio.
Con lo cual se pierde en la presión, equilibrio defensivo, coberturas.
En definitiva, recuperación de balón.
Pero llega el lumbrera de Marcelino y se le ocurre esto...
Bueno, aunque he perdido defensivamente con el cambio, voy a quitar al defensa derecho y voy a poner otro medio.
Sin Medel para que voy a tener cuatro defensas, con tres me bastan, al fin y al cabo por la derecha juega un tal Borja Valero que tiene menos peligro que una pistola de agua.
Además queda solo cincuenta minutos y Fazio es muy rápido y cerrará la banda cuando sea necesario.
Eso es una broma de muy mal gusto Marcelino.
Lógicamente el Villarreal encontró una autopista por ahí.
Lo que ocurrió después ya estaba escrito.
Así lo quiso Marcelino.
