Fuera de la champions, con problemas para seguir en la UEFA, con un equipo sin hacer, mal entrenado, sin confianza y con el pobre bagaje de 8 puntos de 15 conseguidos con los últimos clasificados del campeonato.
Eso es lo que nos ha dejado el bueno de Antonio Álvarez.
Pero hoy comienza una nueva etapa para el Sevilla y por fin la llevara a cabo un entrenador valorado y con experiencia.
Ni soy un admirador de Manzano ni me parece un mal entrenador.
Sé que ha hecho buenas y malas temporadas como casi todos. Y sé que con su llegada ni nos garantiza éxitos, ni títulos. Nadie los puede garantizar.
Pero si sé que al menos ahora hay muchas más posibilidades de que volvamos a ser un equipo puntero en España e importante en Europa, como lo hemos sido no hace mucho.
Y por eso, al menos a mi me ha devuelto la ilusión. Una ilusión que perdí desde el momento que sabía que con el anterior entrenador era imposible conseguirlo.
De hecho ahora no solo tengo ilusión, sino que creo firmemente que lo vamos a conseguir.
Porque a diferencia de miles de sevillista y de muchos periodistas deportivo, yo sí creo en esta plantilla.
Es verdad que quizás no sea la de hace tres temporada.
También es verdad que hay jugadores que no dan la talla y otros que vienen de vuelta. Pero en la plantilla son 25 y sigo creyendo que somos la tercera mejor de España.
Sigo creyendo en Escude, Renato, Konko, Palop, Kanoute, Fazio, Zokora y algún que otro más. Y sigo pensando que Jesús Navas, Perotti y Luis Fabiano son tres de los diez mejores jugadores de la liga. E incluso pronto hasta se puede incluir un cuarto, Cáceres.
Ahora hay que intentar recuperar el tiempo perdido, y yo hoy soy optimista en que se puede conseguir.