La jornada ha concluido y la buena sintonía del equipo sigue
y a día de hoy los dos frentes abiertos están a tiro. Muy difícil, pero con
posibilidades reales.
El empate conseguido con el Barcelona nos ha sabido a gloria
visto lo visto en los primeros treinta y cinco minutos, treinta y cinco minutos
donde el Barcelona dio un baño al Sevilla que nos hacía temer lo peor.
Pero en ese baño de futbol no tuvo en la calidad del
Barcelona todo el motivo de lo sucedido. La inoperancia, el exceso de respeto,
la poca competitividad y el salir totalmente acomplejado al partido ayudó a que
el Barcelona se exhibiera en el terreno de juego como en sus mejores años de la
era Guardiola.
Muy mala la propuesta del Sevilla en un partido donde se
presumía que no solo se pretendía plantar batalla al Barcelona, sino que había
motivos suficientes para lograr batirlo.
Pero sucedió lo inesperado (al menos para mí) poco después
de conseguir Neymar el segundo gol, el Sevilla le recoge la alfombra roja que
le había colocado al Barça y le imprime a su futbol la intensidad y el descaro
adecuado para plantarle cara al partido de una vez. La afición lo ve y empieza
a empujar de verdad, el partido cambia y pronto también cambia el resultado con
el gol de Banega, era lo que se necesitaba para creer de verdad de que el
Sevilla tiene jugadores y capacidad suficiente para no ser una marioneta a
merced de un equipo, por muy Barça que sea.
A partir de ahí se inicia un partido vibrante. El Sevilla
sale de su cueva y empieza aparecer las cualidades que nos han llevado a ser
uno de los equipos de moda en la liga. Banega mejora a los jugones del Barça en
el centro del campo y todo el Sevilla con la línea de atrás mucho más adelantada
se impone en el partido, algo impensable
en la primera media hora.
El último empujón se da desde el banquillo. Mientras Luis
Enrique quita a su mejor jugador, Emery refresca el equipo con tres jugadorazos
con lo que a buen seguro se a mejorar el equipo, como así fue. La remontada en el juego ya era un hecho y el
premio final vino con el gol de Gameiro lo que hizo sentirnos orgulloso de
nuestro equipo porque a pesar de la mala primera media hora tiene mucho mérito
equilibrar un partido con la diferencia de dos goles y de cuatrocientas cincuenta
millones de € de presupuesto.