Ha falta de dos jornadas hay cuestiones que están claras. Al
menos para mí. La primera que la temporada del Sevilla hay que calificarla como
de un rotundo éxito. Clasificado entre los seis primeros (por lo tanto en
Europa) y finalista en la Europa ligue, no se puede tener otra lectura.
Que el entrenador falla más que las escopetas de ferias
también está claro.
No me gusta Emery. No me gusta que no tenga un estilo
definido. Lo mismo un día juega con nueve defensas que lo hace con nueve
delanteros. Testarudo, no me gusta como lee los partidos, ni como maneja los
cambios. Pero será el entrenador la temporada que viene merecidamente. El
futbol se rige por resultados y Emery se merece la renovación. Acepto el
castigo.
La tercera cuestión es la que más me preocupa porque estamos a las puertas de disputar una
final europea. Y es que el Sevilla en estos momentos está mal.
Los tres últimos partidos jugados lo corroboran.
El Sevilla en solo diez días, en los cuales ha disputado
tres partidos, ha bajado su nivel competitivo de forma alarmante.
Pudiera ser los continuos cambios de jugadores, o los
vaivenes tácticos de Emery. O que Rakitic ha bajado sus altísimas prestaciones.
O el cansancio, o que se yo. Pero la realidad es que el Sevilla no ha competido
como debiera en los tres últimos partidos. Y mira que eran partidos importantes.
El buenísimo mes de abril nos ha permitido la envidiable situación
que tenemos. Pero me temo que el equipo cuando solo está a un paso de la gloria
se ha ido.
¿La esperanza? Que lo mismo que en diez días se ha ido, también
puede volver.
¿El partido de hoy? Los suplentes parecen que asumen su
suplencia y los titulares parecen cansados.