Nunca silbé, elogié, aplaudí o critiqué a Sergio Ramos.
Tiene a favor del sevillismo que renovó cinco meses antes de ser traspasado (o
lo que fuera) por lo que se pudo cobrar una importante cantidad de dinero. Y
que es tan sevillista como cualquiera y además lo lleva por bandera.
Pero también es cierto que presionó demasiado, primero para
volver a renovar (con solo 20 partidos jugados quería cobrar como el que más
durante 10 años) y segundo para provocar su marcha al enterarse del interés del
Madrid.
En la mayor parte del sevillismo primó más lo segundo que lo
primero y como consecuencia de ello pasó lo que ya sabemos. Pitadas tras
pitadas cada vez que había ocasión.
Ya digo, no por mi parte, yo no acababa de ver claro ese “odio”
al camero.
La situación desde hace algún tiempo ha cambiado, parece ser
que debido a sus continuos recuerdos a su amigo Antonio Puerta.
Hoy me he quedado sorprendido al enterarme del próximo homenaje
que el club le va a conceder.
Y es que yo nunca le he silbado pero ¿Homenaje por qué?
Mira por donde va a ser la primera vez que lo voy a
criticar. Aunque más que a él, sería al club, que es quien decide el homenaje.
Porque el homenaje no es merecido,
Sergio Ramos es un canterano que se fue del Sevilla con solo
19 años, jugando solo una temporada.
Y nadie le empujó para hacerlo, sino todo lo contrario.
Lo lógico hubiera sido que un canterano jugara al menos tres
temporadas en el primer equipo y visto
el potencial del jugador su venta hubiera triplicado su valor.
No sé dónde están los méritos para un homenaje, y si los méritos
son los de acordarse de Antonio Puerta, para eso que se lo den a los Biris que
lo recuerdan en cada partido.