José Gómez Campaña ya es historia en el Sevilla, pues el
Crystal Palace recién ascendido de la premier se lo ha llevado por dos millones.
Campaña desde muy temprana edad estaba llamado a ser un
jugador importante.
El Sevilla sabia de su calidad y fue dando los pasos adecuados
para que así fuese.
Todo estaba saliendo según lo previsto hasta que el jugador
falló.
El jugador después de cientos de elogios,
internacionalidades, renovación y ficha con el primer equipo, no supo encajar
el éxito y le faltó dar el último paso para llegar a lo que se pretendía de él. Un grandísimo
jugador.
Pero el último paso, a priori el más fácil, nunca lo dio. La
profesionalidad.
Dicho esto, tampoco creo que el club, ante el mal comienzo
de la carrera del futbolista diera mejor también el último pazo.
El club ante la poca reacción del jugador decidió lanzarlo a
los pies de los caballos en varias ocasiones. Imagino que para provocar la reacción
del jugador.
Una decisión del club que no creo que fuese la más adecuada.
Estamos hablando de un jugador que entonces tenia 19 años y quizás hubiera necesitado otro comportamiento distinto.
Desde entonces la relación club-jugador están rotas. Para
colmo las lesiones tampoco ayudaron para una hipotética reconciliación.
Estaba claro que existían rencores y que el jugador no quería renovar y que el club
no le iba a permitir jugar.
Una situación que se ha solventado de la única manera
posible. La venta del jugador.
En otro de orden de cosa está el aspecto deportivo. El
jugador ha jugado poco, más con la selección que en su club. Y la verdad, lo
que yo le he podido ver, es que su futbol cada vez es más insolente y más
previsible. Lo que no quita que tenga margen de mejora y al final al menos sea
un buen jugador.
De momento con su salida del club no tengo sensación de
desencanto.