Buen resultado en un partido intenso más acorde a una
semifinal que a unos dieciseisavos de final.
Como se temía el sorteo no fue benévolo con nosotros y habrá
que hacer dos grandes partidos para eliminar a un equipo que posiblemente hoy
en día sea ligeramente superior al Sevilla.
Lo demostró en la primera parte, no así en la segunda, donde
el Sevilla no solo se sacudió el dominio alemán sino que jugo mejor y lo más
importante, se puso por delante en la eliminatoria.
Una eliminatoria que sigue siendo muy difícil de superar, pero que con el buen resultado de hoy, hay
motivos para tener esperanzas en hacerlo.
Sinceramente el Borussia me pareció un equipo muy compacto y
muy difícil de batir. Pero el Sevilla si hace las cosas bien tiene potencial
para pasar. Eso sí, no caben ni ataques de entrenador, ni que la suerte te dé
la espalda, ni cometer errores, ni jugar un partido mediocre. Cualquiera de las
cuatro causas nos llevará a casa.
Destacable el despliegue físico del equipo, no se puede
ganar a un equipo de este nivel sino das el cien por cien y hoy los jugadores
se han vaciado. Una pena que Banega no está al mismo nivel físico que sus
compañeros, porque su futbol es necesario en este Sevilla. Le da la pauta y la circulación
de balón que sus compañeros no asumen.
Mejoría en la aportación de Vitolo que parece que vuelve a reencontrarse
con el futbol que demostró la pasada temporada.
Fundamental la pareja de centrales. Yo si fuera posible
nunca la separaría. Y paso hacia el frente del canterano Sergio Rico que se ha
mostrado muy seguro en un partido de alto nivel.
El partido también trajo un tema delicado fuera de lo futbolístico.
Los problemas que tiene el grupo de animación Biris.
Un grupo que durante sus cuarenta años de existencia han
sido importantísimo en los logros del equipo, pero que se han encontrado las prohibiciones desmedidas y muchas de ellas absurdas de la LFP en el afán de
erradicar los grupos ultras del futbol.
Ellos que hacen responsable tanto a LFP como a los
dirigentes del Sevilla han decidido no apoyar al equipo como hacían habitualmente. Algo que no beneficia al equipo que tenía en este grupo su apoyo
más incondicional. Y que ahora no lo tienen.