2.1.11

A QUÉ NOS AGARRAMOS

Según van pasando las jornadas esto cada vez es más preocupante. Otra semana más que las sensaciones del equipo incluso van a peor.
Hoy los primeros diez minutos fueron muy bueno, con un Jesús Navas esplendido, surtiendo hasta cinco balones francos de gol a Negredo. Como suele ser habitual en el madrileño todos desperdiciados. Los siguientes treinta y cinco minutos dejémoslo en aceptables.
Pero llegó la segunda parte.
No se puede jugar peor. Según iban pasando los minutos el equipo jugaba a peor. Cuando ya habían transcurrido treinta minutos, eso no era un equipo de futbol, parecía una banda de músicos vestidos de futbolistas. Y lo sorprendente es que se cumplieran los veinte minutos de esa nefasta segunda parte y todavía ni siquiera habían salido a calentar ningún reserva. Supongo porque a Manzano si le estaría gustando lo que estaba viendo.
Increíble que Romaric y Capel hayan jugado los 90 minutos. Increíble que jugando esta segunda parte, dos de los tres cambios se haya utilizado para perder tiempo. Y curioso que el único cambio que ha utilizado para intentar arreglar algo, solo sirvió para empeorarlo todavía más, y mira que era difícil. El único que en el centro del campo mantenía un mínimo de criterio (Kanoute) lo mueve de sitio y lo coloca de delantero centro y pierde todo contacto con el balón. Al lado de él los últimos veinte minutos se queda de palomero Romaric, porque no podía con las calzonas. Debo de reconocer que a Manzano cada día lo entiendo menos. Hoy en la segunda parte se ha podido ver dos equipos con claros argumentos para intentar no descender de categoría, y lo más grave es que el más malo aunque parece mentira era el Sevilla.
A todo esto se ha ganado con un golazo de Kanoute. Por consiguiente estoy contento.