18.5.10

Expectante, preocupado e ilusionado.

Víspera de final. Víspera de día grande.
Aquí estamos, expectante, preocupado e ilusionado.
Ya son siete las finales vividas pero creo que nunca me adaptaré a ellas, a veces pienso, “con lo a gusto que yo estaba en la mediocridad y llega Del Nido y empieza a sacudirme el corazón una y otra vez”.
Siempre he temido más por las derrotas, que el hecho de alegrarme por las victorias.
No sé encajarlas. Si supiera que voy a perder la final, prefiero ser eliminado en la primera ronda.
Así lo llevo.
Expectante porque una final todavía para el Sevilla es un día histórico e inolvidable.
Preocupado porque no sé si será que siempre busco lo negativo de las cosas. Pero no me gusta nada como llega el equipo a la final.
El equipo físicamente esta fundido.
De toda la plantilla los únicos que llegan en condiciones óptimas, son Navas, Capel, Kanoute y Konko. Y puede que Zokora, aunque tampoco está en su mejor momento.
Stankevicius, Lolo y Duscher están aptos, pero no tienen nivel para jugar una final.
Acosta y De Mul están lesionados aunque tampoco lo tienen.
Adriano, F. Navarro y Fazio son jugadores importantes pero están lesionados.
Luis Fabiano es el jugador más importante y desequilibrante y también esta lesionado.
Negredo se ha borrado y está sancionado.
Squillaci y Perotti acaban de salir de una lesión y no están del todo recuperados.
Cala, Luna y Rodri son chavales del filial.
Palop, Escude, Romaric y Renato están en una baja forma alarmante.
No me dirán que no es para estar preocupado.
Pero también estoy ilusionado.
¿Quién no se ilusiona con la posibilidad de ganar una final?
Porque a pesar de las adversidades, el Sevilla es hoy superior a su rival como bien dice la clasificación.
Porque si ganamos, Palop cuando reciba la copa de campeón, junto a un millón de sevillistas seré el más feliz de la tierra.
Como para no estar ilusionado.