9.1.10

SEVILLA - RACING

Los sevillistas aunque con algunos altibajos llevábamos desde el 2006 disfrutando. Primero de títulos y luego consagrándonos entre los grandes, e incluso teniendo los argumentos necesario para intentar ser una alternativa a los poderosos Madrid-Barcelona.
De hecho a nivel nacional tanto del periodismo deportivo como los mismos rivales así lo entendieron ya que la plantilla configurada se prestaba a ello.
En solo un mes el Sevilla es un equipo patético, bajando peldaños de tres en tres, con la afición desmoralizada, decepcionada y preocupada.
Desmoralizada y decepcionada porque de pasar a ser una alternativa a ganar la liga, con una plantilla envidiada y alagada por todos. Se ha pasado a ser un equipo que más parece un recién ascendido.
Y preocupada porque si sigue en la misma línea no sabemos hasta donde nos pueden llevar.
Jiménez, el principal culpable de esta penosa situación, tiene ante sí una dificilísima situación que le será muy difícil de salir con éxito. Ojalá lo consiga.
Tiene una plantilla dividida en dos. La mitad de ella en baja forma y la otra lesionada.
Tiene un equipo roto, triste, sin confianza, mal clasificado y sin saber a qué juegan.
Tiene una afición que salvo una pequeña minoría, se dividen entre los que no lo quieren y los que no lo soportan.
Y tiene un consejo de administración que exceptuando a Monchi, los demás, o no lo quieren o tampoco lo soportan.
Y lo que es peor.
No tiene ni puta idea.

El partido.

Muy mal se tienen que estar haciendo las cosas si con el partido de hoy es el quinto consecutivo sin ganar en el Ramón Sánchez Pizjuan. Y más teniendo en cuenta que ninguno de los rivales son de los llamados importante, sino más bien todo lo contrario.
El equipo suele salir enchufado, pero a medida que pasa los minutos va perdiendo tensión hasta que lo castigan con el gol en contra. Con el resultado adverso también pierde en confianza y muestra una imagen de equipo sin pies ni cabeza. Pelotazos, fallos continuos en el pase, desconcentración, solo esperar una jugada aislada para intentar enderezar el rumbo del perdido. Esos despropósitos, en los rivales hace el efecto contrario. Con el resultado a favor ganan en confianza y juegan cómodamente con lo que lo normal es que vuelvan a poner más distancia en el marcador como así ocurrió. Este analisis bien podria valer para más de un partidos en casa.
La defensa adelantada que tan buen resultado dio en Barcelona, hoy resulto ser la vía por donde se fraguaron los dos goles del Racing, que por cierto los marcara el que posiblemente sea la temporada que viene jugador del Sevilla, Canales, que al salir fue ovacionado. (No seré yo quien aplauda a un jugador que le meta dos goles al Sevilla)
La segunda parte con el partido casi perdido vienen los arreones que alguna vez nos permitieron empatar, sobre todo si en las bandas estaban Navas y Perotti y delante Kanoute y Luis Fabiano. Pero en esta ocasión visto lo que Jiménez tenía en el campo era casi imposible la remontada a pesar de la mala segunda parte del Racing. En las bandas quien estaban eran Kone y Capel y delante el infame Negredo y un chaval del filial llamado Carreño. La diferencia abismal.
Al final una nueva derrota, una gran pitada de los sevillistas que ven como a pasos agigantados se va difuminando sus ilusiones de conseguir algo importante sin que nadie haga nada por evitarlo y sabiendo que podíamos estar ante la mejor plantilla de la historia. Aunque ahora no lo parece.
Quizás no se tenga otra oportunidad.