26.4.09

SEVILLA - R. MADRID

Estamos ante el momento más delicado de la temporada, y lamentablemente ha sucedido cuando se decide el campeonato.
Posiblemente el Sevilla sea en la actualidad uno de los peores equipos de la primera división. El principal motivos de que una de las mejores plantillas de la liga demuestre tan lamentable nivel de juego y de competitividad, es su paupérrima preparación física. Hace mucho tiempo que no veo un bajón físico en un equipo como el que tiene el Sevilla. De esta manera me temo que no solo vamos a perder cuatro partidos seguidos, si no que vamos a ganar muy pocos de los que nos quedan. Y la verdad, aunque aparte del próximo partido tengamos un calendario bastante bueno y los rivales más directos lo tengan más complicados, con el problema de la condición física y el añadido de la desconfianza que da las derrotas creo que nos vamos a quedar sin champions.
El partido de hoy claramente se divide en dos partes. La primera cuando el equipo recuerda al de tantas tardes de gloria de no hace mucho tiempo. Velocidad, actitud y calidad hasta a burrear al contrario. También nos recuerda que no solo lo ha hecho antes, sino que ahora también podía hacerlo.
Ante tanto futbol que duró unos veinticinco minutos, la recompensa solo fue de un solo gol, cuando pudimos y nos merecimos meter al menos un par de ellos más. Pero el partido no dura veinticinco minutos, dura noventa y cinco y a partir de esa maravillosa media hora, la poca gasolina que tenemos no dio para más y a partir de ahí el equipo se va apagando paulatinamente hasta volver a dar como hace cuatro días una lamentable imagen que da hasta pena verlo.
Los jugadores parecen que juega en vez de con camisetas, con sacos de cementos en sus espaldas, llegando tarde a todos los balones, incapaz de presionar ni un solo balón, donde no existen ni los desmarques, ni los apoyos, ni coberturas, ni nada, dando otra vez una lamentable imagen de un equipo desfondado y sin ideas.
Ya no hay colchón, ni cojín ni nada, ahora lo que tenemos es un equipazo (aunque muchos no lo crean) hecho añicos, y quemados, dirigidos por un pésimo entrenador, presidido por un cabreado presidente y soportado y sufrido por una afición al que le vuelven a poner el caramelo en la boca para que cuando lo vaya a saborear quitárselo bruscamente, como a excepción de quince meses, ha sucedido siempre en este club.
En cuanto a algunas cuestiones que vi en el terreno de juego, decir que se volvió a demostrar que Duscher, uno de los jugadores de menos nivel del equipo es imprescindible y no tiene sustituto (ahí te has lucido Monchi).
Que Jiménez y su equipo de trabajo, han desfondado al equipo, y ha achicharrado a más de un jugador, como Navarro y sobre todo Romaric, al que ha retirado a falta de quince minutos para que en su peor partido reciba su premio.
Que Luis Fabiano me parece a mí que las papillas de Escribano se las echa a su perro, mientras el se va al McDonald a comer hamburguesas dobles.
Y que él R. Madrid de hoy, era un vulgar equipo de medio pelo, entre otras cosas porque estaba plagado de suplentes y a pesar de eso nos ha ganado sin aparente esfuerzo. Lo que da a unas claras el nivel de competitividad que en estos momentos tiene el Sevilla.
La única lectura positiva de todo esto, viene de que ya se acabó el debate del entrenador del año que viene. Al menos Manolo Jiménez no seguirá. Eso ya es bastante.