20.1.09

NO ME GUSTA LO QUE VEO

El partido del Numancia tendría que ser recordado por la culminación de una primera vuelta excelente, al menos en cuanto a puntuación se refiere. Pero prácticamente el protagonismo se lo llevó Aquivaldo Mosquera.
El colombiano que tenía un pie y medio fuera del club, a consecuencias de las bajas salió de titular.
Lo vivido en el Ramón Sánchez Pizjuan a consecuencia de su participación en el encuentro fue patético.
En el primer minuto de juego el balón le llega a Mosquera y cuando lo toca para pasárselo al compañero de al lado, medio estadio le aplaude el pase. Me imagino que el motivo de la ovación no sería por un simple pase al compañero, Parece más bien que fuese por lástima.
Eso se repetía cada vez que el jugador tocaba el balón y siempre en jugadas intranscendentes, y si pisaba el balón y pasaba la pierna por encima, la ovación era ya atronadora.
Yo desde mi localidad presenciaba ese esperpento espectáculo, y miraba las caras de los sevillistas casi todos con una sonrisa en la cara. No sabía si eso era un estúpido apoyo al jugador o una humillante burla.
Tras el partido y por la reacción del público, parece que el colombiano fue un valladar en su zona y que dio ocho asistencias de gol. De hecho el gol según he escuchado en muchos sitios lo dio Mosquera, aunque tocara el balón cuatros jugadores después de él.
Al final del partido yo pensaba que saldría como en su día le ocurrió a Biri Biri, a hombros del estadio.
El motivo de tantos halagos fue que al menos en este partido no se le notó las grandes carencias a las que nos tiene desgraciadamente acostumbrado.
A eso parece ser que se le ha llamado partidazo. Partidazo que os juro que yo no vi por ningún sitio.
Pero lo más triste es porque se ha llegado a esta esperpéntica situación.
El motivo del gran apoyo de gran parte de la afición, son las criticas que este jugador ha recibido de parte de muchos periodistas que no ven, (como no lo veo yo, ni miles de sevillistas), que el jugador no da el mínimo nivel para poder jugar en este equipo. Al menos hasta ahora. Criticas, que no insultos, ni maltratos ni humillaciones. Criticas.
Esas críticas no son aceptadas por parte del inquisidor del club, que con su influyente poder de convicción y de manera persecutoria, con gravísimos insultos, acosos y ataques personales y bajo la permisibilidad del club, está consiguiendo una corriente de odio muy peligrosa para los que se permiten criticar al juego, a jugadores o al entrenador del Sevilla, y de camino crear un mal ambiente entre la afición.
Sinceramente estoy viendo y escuchando cosas que no me gustan nada.
Me hubiera gustado que tanto el club, como la afición le hubieran mostrado una mínima parte de tantos apoyos a jugadores como Francisco, Montero, Monchi, Gallardo o tantos otros canteranos que han sido masacrados a pitadas en el Ramón Sánchez Pizjuan . Y siendo a todas luces muchiiiisimo mejor que Mosquera.