2.11.08

VALLADOLID - SEVILLA

Hoy teníamos uno de esos partido que te pueden marcar el devenir de la temporada, no es que fuera clave, pero si era importantísimo. Pues lo hemos perdido de la peor forma posible.
Las claves: La estupidez de Luis Fabiano, el árbitro, el primer gol del Valladolid y el lamentable juego del Sevilla.
La tarde no empezaba bien, me pongo frente al televisor y ¡no! ¡esa silueta es de Pérez Lasa!, ¡pero qué coño hace este arbitrucho todavía pitando en primera división!, aunque el verdadero problema no es que sea malo, que es de lo peor que he visto, el verdadero problema es su archí demostrado anti sevillismo, no conozco ningún partido con él que hayamos acabado con once.
El partido lo comenzamos como viene siendo habitual últimamente, con una caraja del quince. En los dos primeros minutos ya nos llegaron dos o tres veces por errores de concentración.
El juego se pasaba de una portería a otra, pero a base de pelotazos. No había nadie que se dignase a echar el balón al césped, en medio de tanto despropósito, Navas se encuentra con una contra y le pone el balón franco a Renato para ponernos por delante en el marcador. Seguíamos sin saber a que jugar, pero el Valladolid tampoco encuentra forma para ni siquiera asustarnos. Poco más tarde viene lo mejor del partido, por fin rasea el Sevilla el balón y ejecuta una trenzada jugada que acaba con un remate espectacular de Navas, si, Navas, no me he equivocado. Cero a dos, y con un equipo muy débil delante, muy mal había que hacer las cosas para no ganar este partido, pero estamos hablando del Sevilla, y también tenemos dirigiendo el encuentro a un anti sevillista.
Pérez Lasa como todavía no se había resbalado nadie en el área del Sevilla solo podía hacernos daño a base de pitar faltas injusta e inventarse tarjetas de risa hasta conseguir su propósito, que no en vano siempre lo ha conseguido, es dejar al Sevilla con menos jugadores que el contrario en el campo, de risa fueron las tarjetas de Duscher, la de Navas, la de Luis Fabiano y también la de F. Navarro.
A la media hora del partido llega la jugada más clave del encuentro. Luis Fabiano se queda solo ante el meta Asenjo y con toda la portería para él, intentar regatear al portero, era la peor opción y se le fue largo el balón, pero eso solo es fallar un clarísimo gol y desperdiciar haberte puesto con cero a tres en el marcador, lo peor es que no se le ocurre otra cosa que teniendo a Pérez Lasa ansioso esperando su oportunidad y con una tarjeta de amonestación encima, no se le ocurre otra cosa que tirarse sin que nadie le toque. ¡Ole tus huevos! Pérez Lasa vio el cielo abierto y lo echó a la calle. No pongo aquí lo que pienso de Luis Fabiano no vaya a ser que lo vea por casualidad y me demande, este por dos mil eurillos es capaz de todo.
Quedaba más de una hora de partido, y lo que era una goleada casi segura se volvió en preocupación, sobre todo porque a pesar del resultado el Sevilla nos transmitía ni seguridad ni mucho menos juego. Visto como estaba el partido una de las claves era llegar al descanso con esa clara ventaja, pero a falta de tres minutos para conseguirlo Duscher pierde un balón muy peligroso, tan peligroso que acaba en gol. Ahí se acabó el partido para mí, lo vi perdido, será verdad que soy pesimista. Después de tener la posibilidad de golear y meterse así en el vestuario con Pérez Lasa de árbitro y un Sevilla paupérrimo, sabía que ya no había solución. Y no me equivoqué.
Era segura la remontada del Valladolid. El Sevilla está mal, y estoy cansado de tantas escusas, ya tuvimos demasiadas la temporada pasada y seguimos en las mismas, si no es por una cosa es por la otra, que hemos perdido seguidos con el Málaga en casa y fuera con la Ponferrada y el Valladolid.

En el apartado individual, solo salvo a Navas y siendo muy benévolos, Palop, Romaric, y Armentero.
Mal estuvieron, Squillaci, Escude, F. Navarro, Duscher, Renato y Maresca.
Y horroroso, Konko y Fazio.
Luis Fabiano fue sencillamente el principal culpable que hoy nos hayamos salido del carro de los buenos.
O es que a lo mejor no somos tan bueno.