10.9.08

SEBASTIANA DÍAZ ROMERO

Me tenía prometido hacer un día un post dedicado a una gran mujer. Y hoy me puesto a ello.
Sebastiana Díaz Romero, es una buenísima persona y queridísima amiga mía, que ha puesto todo su sevillismo durante muchísimos años al servicio de su equipo del alma.
Echo que le ha llevado a recibir merecidos homenajes, tanto de su peña sevillista (1983) como de la federación de peñas sevillistas (1993).

Una estampa tradicional de las mañanas de verano durante muchísimos años, era su presencia en las cuatro esquina con su bolso lleno de dinero bien agarrado para sacar los carnet de cuantos sevillistas se lo solicitara sin nada a cambio.
También somos muchos los tomareños que hemos podido ver a nuestro equipo por primera vez fuera de nuestro estadio con los viajes que ella organizaba junto a su peña.
Al igual que si surgía cualquier problema, pues ella era y es, una institución dentro de nuestra bombonera de Nervión, El Ramón Sánchez Pizcuán.

Estos días ha llegado a mis manos algunas publicaciones de prensa escritas por ella de hace bastantes años. Años en lo que ni había títulos, ni tampoco se esperaban. Pero ella siempre ha estado ahí, colaborando y agradeciendo a todos los que defendían nuestro escudo.
Es el caso de estas cartas que podéis ver debajo de este texto, en ellas se aprecia su confianza en sevillistas que hoy son idolatrados, pero que en esas fechas era más conocido; uno por las burlas televisivas de un tal Arus, y otro por su supuesta implicación en el descenso administrativo del 95.
Ella entonces, como si una premonición le empujara a seguir adelante y seguir confiando en ellos, apoyaba y confiaba en los que hoy nos han colocado entre los grandes de Europa.
Ahora todos somos de Monchi y Del Nido, Ella lo era mucho antes.

Soy socia del Sevilla y quiero contestar al señor Escobar que en distintos medios de comunicación viene diciendo que la culpa de todo lo que le pasa al Sevilla es de José María Del Nido, y el culpable de todo ha sido primero él, después De Caldas y Camacho, ese trió maldito que nunca debe mirar más por el Sánchez Pizcuán. Lo que tiene que hacer esos señores callarse o irse de Sevilla.
Una sevillista de corazón.
Sebastiana Díaz.



La afición del Sevilla.
Cuando el de agosto del 95 más de 35.000 sevillistas, con 42 grados, salimos por las calles de nuestra ciudad pidiendo justicia para sacar a nuestro club de la segunda B, donde nos habían enviado, sin comerlo ni beberlo, unos “señores” de cuyos nombres no quiero acordarme, toda España se hizo eco de lo que éramos capaces de hacer esta grandiosa afición, que sin dudarlo es la mejor del mundo.
Cuando estamos soportando los ineptos, aprovechados y liosos que en la actualidad han llevado a nuestro club a la peor situación por la que ha pasado esta gran entidad a lo largo de sus cien años de historia, tanto económica, deportiva como social, solo la afición, que no tenemos culpa de nada, podemos remediarlo comprando las pequeñas acciones de “esos paquetes malditos” que nos han llevado a la situación que atravesamos.
A nuestro Sevilla, club decano de la ciudad eterna, solo volverá a salvarlo su afición, esta que es de corazón , capaz de toda por defender su camiseta blanca, la que saca el carnet ayer, hoy y mañana, en definitiva, la del 2 de agosto. Ella sabrá poner a los hombres idóneos para regir las riendas de nuestro club. Solo nosotros y nadie más. ¡Hasta la muerte!
Sebastiana Díaz

La giralda presume orgullosa. El Guadalquivir te baña en sus aguas milenarias. La plaza de San Francisco te recibe para darle a tus seguidores tus trofeos. Todos se rinden ante ti, mi Sevilla.
España entera se maravilla contigo. Europa te premia. Y esta que te escribe estas humildes líneas te da las gracias por ¡todo, todo! lo que le estás dando a sus 68 años que tiene.
Gracias también a mi afición porque siempre estuvo ahí contigo, como dice nuestro glorioso himno compuesto por el Arrebato; “Y aquí estamos contigo Sevilla”.
Sebastiana Díaz Romero. Tomares

Desde estas líneas quisiera dar mi más sincero reconocimiento a tu persona como portero que fuiste de mi Sevilla F.C.
Tú paso como miembro de nuestro marco del Sevilla, ha sido sencillo, como tú. Nunca llegaste a ganar el trofeo Zamora; no causaste problema alguno; siempre estuviste a las duras y a las maduras; tu honradez relució siempre como una estrella para el sevillismo; y, sobre todo, el gran amor que ofreciste siempre al club decano de nuestra bendita y señorial Sevilla.
Tus lágrimas derramadas sobre el césped del Estadio Carlos Tártieres de Oviedo en aquel famoso partido del descenso del 97 fueron lágrimas puras y de dolor al ver a nuestro equipo en segunda. Pero no se nos olvidará nunca al sevillismo las lágrimas de alegría que derramaste el día del ascenso en la puerta de jerez con tu hijo de la mano, como buen sevillista. Esto sí que es un trofeo de verdad.
Sebastina Romero