21.4.08

EL VESTUARIO YA NO ES LO QUE ERA

El vestuario del Sevilla desde hace algunas temporadas, y coincidiendo con la llegada de jugadores con experiencias y personalidad, se caracterizó por tener un grupo unido e implicados en los proyectos del club. En esa función “muy importante por cierto”, la labor de Pablo Alfaro, Javi Navarro, Martí, David, o Aitor Ocio, ejercieron en el grupo de cabezas visibles para que todo el mundo remara en la misma dirección, y que las nuevas incorporaciones al equipo, se metieran en la dinámica del equipo, que no era otra que la de crecer con humildad.
Eso durante los cuatro últimos años se había conseguido con creces, y era de dominio público en el mundo del fútbol, el buen ambiente en la plantilla del Sevilla. A nadie le cabe la duda que ese buen ambiente se reflejaba en los logros deportivos.
En la actualidad ninguno de los citados jugadores de una forma o de otra, están presentes en el vestuario, y todo en un breve espacio de tiempo.
Sorprendentemente, los jugadores que vemos ahora lucir el brazalete de capitán son, Daniel Alves o Jesús Navas, uno que no para de proclamar su final de ciclo en el Sevilla, y otro con problemas de ansiedad, y con una reconocida timidez. A eso hay que añadirle la llegada al banquillo de un entrenador joven y sin experiencia. El resultado salta a la vista, el vestuario está descontrolado, dividido, y cada uno busca sus propios intereses, parece que tienen abierta la veda para hacer y decir lo que le vengan en gana. Y al igual que en el caso anterior, también creo que repercute en los logros deportivos, (negativos en este caso claro). Un ejemplo claro fue lo sucedido el sábado con el lanzamiento del penalti de Kanoute con cero a cuatro en el marcador, que pudo acercar a Luis Fabiano, a conseguir el prestigioso trofeo Pichichi de esta temporada, y sobre todo las continuas salidas de tonos de algunos jugadores.
Y eso que en la plantilla actual hay jugadores, como Kanoute, Maresca o Palop, que tienen condiciones de liderazgo para haber ejercido con garantía ese cometido.