Desde que vi el primer partido de Guido
Pizarro y que era un jugador que Berizzo quería tener desde hace tiempo, tuve
una sensación agridulce.
Lo de dulce evidentemente era porque se trataba de un buen
jugador. Pero yo con fama de ver lo negativo de las cosas, pues encontré también
lo agrio de este fichaje.
Pizarro es un jugador claramente definido para jugar por
delante de la defensa con clara vocación defensiva.
Es decir, un jugador para jugar en la posición donde el
Sevilla tiene al mejor jugador de Europa de esas características, Steven N’Zonzi.
Lo agrio viene porque en principio pudiera parecer que su
incorporación iba destinada a cubrir la marcha del francés (algo que por
fortuna no pasó) y porque el jugador tenía toda la pinta de que Berizzo lo
quería para ser titular y eso traería modificaciones en el centro del campo. Esto como me temía sí se ha producido.
Esas modificaciones pienso yo son negativas para el equipo,
ya que su titularidad ha conllevado el cambio de posición no solo de N’Zonzi
sino también de Banega. E incluso de Sistema.
N’Zonzi y Banega desde sus posiciones naturales, uno por
delante de los centrales y el otro a su lado dirigiendo el equipo, para mí son de
las mejores parejas de medios centros del continente y si los mueves, uno a la
derecha y el otro hacia delante sin duda disminuye su capacidad y su aportación
al equipo, lo que repercute muy negativamente al juego del equipo.
Es curioso que la llegada de un jugador por ser bueno, haga
que el entrenador cambie de sistema y la posición de sus mejores jugadores.
Por poner un ejemplo, sabía que a partir de la lesión de Pizarro en el partido en Anfield
iba a suponer que el equipo mejoraría, porque ello supondría que tanto N’Zonzi
como Banega volvieran a su poción natural. Por supuesto la mejoría se produjo.
Espero que Berizzo rectifique y no debilite uno de los
mejores centro del campo de Europa por incluir en él a un jugador de su agrado,
aunque el jugador sea bastante bueno.
Mientra el francés mantenga su nivel Pizarro debería de ser un suplente de lujo, no el motivo de cambiar lo que mejor funcionaba en el equipo. Los medios centros.