El Sevilla ganaba dos cero al Leicester y como estaba siendo
habitual en la temporada jugando un gran futbol, cuando en el minuto setenta y tres
una jugada aislada del Leicester acabó en gol.
Un gol que parece que lo cambió todo.
Un gol que de tener la eliminatoria (para el Sevilla histórica)
muy encarrilada pasa a convertirse en una loza pesada que ha dejado al equipo y
a su entrenador totalmente a la deriva.
Desde que ese mazazo ocurriera el veintidós del mes pasado el
Sevilla ha jugado cuatro partidos. Betis, Athletic, Alavés y Leganés. En
ninguno de ellos el Sevilla se pareció al de antes de ese fatídico gol.
Al entrenador del Sevilla ese gol le ha creado un pánico a
perder la eliminatoria que ha perdido el control de la situación que tenía
antes. Ahora ni tiene claro el dibujos táctico, ni las alineaciones, ni las posiciones
donde juegan.
Las consecuencia es que el equipo ha pasado de jugar un futbol preciosista y certero a ser superado durante gran parte de los partidos por los rivales. Y eso que los rivales no eran de mucha enjundia.
Por fortuna el siguiente partido ya es el esperado Leicester
y si se logra la clasificación espero que todo vuelva a la normalidad, y no
tengamos que ver a Vietto pegado a la banda, a N’Zonzi, Nasri o Escudero en el
banquillo. O a Kranevitte y Carriço Jugando.
Es decir, que a Sampaoli le vuelva la lucidez.