29.3.14

50 PARTIDOS Y SIGUE SIN CONVENCER

Estamos muy cerca de que la temporada del Sevilla sea catalogada como de éxito. A pesar de ello tengo claro y el partido de Vigo me lo ha vuelto a reafirmar, que Emery no es un buen entrenador. Y lo digo cuando tiene casi conseguida la clasificación para la Europa Ligue y cuando recientemente ha conseguido la mejor racha de victorias en liga.
Emery en su día cometía una serie de errores muy evidentes, la evidencia venia dada por los resultados negativos de su osadía propuesta futbolística que estaba claro donde nos llevaba. Todavía hoy, tras cincuenta partidos ya dirigidos, sigue empeñado en comulgar con ruedas de molinos.
En Vigo se vuelve a equivocar volviendo a prescindir de lo que está muy claro que funciona. Y más fuera de casa. Jugar con un doble pivote defensivo. Cierto es que tiene lesiones para ese puesto, pero soluciones para seguir con el dibujo con el que más partidos gana las había. Luismi o Troschowski pueden formar pareja con Iborra en el doble pivote y poder colocar a Rakitic donde más rinde y prescindir de un punta.
Aunque su mayor error fue el doble cambio a falta de veinte minutos. El Celta dominaba con sus seis centrocampistas. Lo de jugar con dos delanteros tiene esos riesgos, que te crean superioridad numérica en la sala de motores. El Sevilla que tenía la obligación de reforzarlo, se suicida no solo dejando a los dos puntas, sino que introduce a Reyes y Jairo, que junto con Rakitic se planta con cinco jugadores de corte ofensivos que no le roban un balón ni al recogepelotas de la banda. Es decir deja a la defensa tirada.
Vuelve de nuevo el “Suicida Emery”  El que cada vez que desequilibra el equipo defensivamente, pierde. Da igual que los hechos le demuestren que defendiendo como un equipo sin fisuras se ganan muchos más partidos. Él cada vez que puede, se carga lo que está demostrado que funciona. Y solo tiene una explicación. Que no es un buen entrenador.
El partido de Vigo era para ganarlo con relativa facilidad. El Celta que juega muy bien fuera de casa, en su feudo solo había ganado tres veces. Y es que tiene la desventaja que no domina ninguna de las dos áreas. Defensivamente juegan muy adelantado y corren muchos riesgos y arriba carecen de pegada. Solo la acumulación de centrocampistas le proporciona un dominio insulso.
Unos condicionantes que a las características del Sevilla le venían como anillo al dedo para ganar. Pero Emery volvió a escoger el camino equivocado. El que nunca da resultado.